Recuerdo que el año pasado me distraje viendo un patito de color negro que no tenía la gracia de sus hermanitos, me hice amiga de él y le dije que no se preocupara, todos los días brillan para cada uno de nosotros.
Dos años mas tarde me encontraba caminando cerca de un río una tarde de verano, y un hermosa ave que reposaba en el río me saludó. No sabía quien era, hasta que me dijo:
– ¿No me recuerdas? ¡Soy yo, el patito negro y triste al que aconsejaste en días de soledad! ¡Cuanto tiempo!.
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