Una luz azul

Una luz azul

La marioneta llevaba días frente a la vela, su creador, un señor de avanzada edad se esmeraba tanto por terminarlo y poder darle lugar  en un pedestal para recordar siempre y más de cerca a su pequeño fallecido hace años.

Su señora esposa murió pocos días después de que el niño descanse eternamente. Azul ya no significaba sólo el nombre de su amada, ahora sólo representaba los eternos días que viviera en soledad.

Las estrellas escaseaban una noche, el señor Yepéz dormía plácidamente en su cama, los relojes trabajaban con normalidad y el pequeño gato luchaba por atrapar un travieso ratón que no lo dejaba dormir. Era época de grillos y tan sólo uno habitaba en la ventana principal de la casa; cantaba como nunca, de pronto una luz azul invadió aquella sala y la pequeña marioneta respiró finalmente.

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