La espera

Laura está sentada sobre el sofá dela sala de su casa mientras sostiene una taza de té con la mirada perdida. Alguien toca su timbre, Laura atiende y reconoce a la persona detrás de la puerta, es Rocío, una  compañera de trabajo.

Rocío: Parece que no me esperabas. Buenas tardes.

Laura: No.

Rocío: Lo siento, ¿me equivoqué de fecha?

Laura: ¿Qué dices?

Rocío: Me equivoqué de fecha?, habíamos quedado el 20 de noviembre, ¿no? 

Laura: sí... creo. Pasa.

Rocío: Comprendo que lo hayas olvidado, últimamente las cosas están patas arriba, yo no pienso quedarme mucho tiempo, como coordinamos es para comentarte los cambios que se hará en la oficina.

Laura: De acuerdo. Mientras no se extienda hasta las tres de la tarde, todo está bien.

Rocío: De verdad esperas a alguien más? lo citaste este mismo día?

Laura: No me quedaba de otra

Rocío: bueno, comencemos

(Laura la interrumpe)

Laura: te diste cuenta de que hoy en el periódico y las noticias todo está patas arriba? me refiero a que ya ni salir podemos. Ni salir sin nada de valor es seguro, porque llega cualquiera y si no tienes algo que te puedan robar, te matan

Rocío: El mundo está loco, siempre, lo he dicho. Verás, querida...

Laura: La vez pasada a mi cuñada le robaron su collar, parecía de oro y eso la salvó, ¿sabes?  era de fantasía 

Rocío: Habías dicho que no eras casada

Laura: Lo estoy, querida, solo que no me gusta alardear de mi vida privada, prefiero que todos vivan algo que no es

Rocío: Sigamos, por favor

Laura: Cuando salgas, te recomiendo que lo hagas por la puerta de atrás, a esa hora es más seguro salir por atrás que por delante, te lo digo por experiencia. 

Rocío: yo creo que si alargamos la conversa en temas aleatorios la reunión se extenderá verdaderamente, cosa que no queremos, verdad?

Laura: No, cómo crees. Continua.

Rocío: Verás, uno de los primeros cambios, que no me agrada para nada, debo admitir. Radica en la hora de entrada y salida. Ahora entraremos a las 8: 30 y la hora de salida será a las...

Laura: A esa hora sale mi esposo a su trabajo, ahora tendremos que salir juntos e ir en su auto. El podrá dejarme en la puerta de mi trabajo y él seguirá su camino hasta su sitio de trabajo. Esa noticia me agrada, ¿sabes? nunca me gustó que él siguiera su camino y yo el mío, es como hacer una vida aparte. Antes, con mi entrada a las 10: 30 me tenía que quedar en casa hasta poder salir, muy atrás de él. Sin su compañía, era terrible, porque a parte de tener que tomar bus o taxi me demoraba más de lo normal en llegar, pero ahora con los mismos horarios, podré salir con él y no tomaré taxi.

Rocío: No es para tanto, creo yo. ¿Puedo hablara ahora si?

Laura: Claro que puedes hablar, pero te advierto que si llega mi esposo de su largo viaje, no podré atenderte más.

Rocío: Resulta que la reunión fue en vano. 

Laura: Querida, querida, nada es en vano, yo creo que si sabes esperar, como yo lo he hecho todos estos años, sabrás apreciar los resultados. Silencio, ya lo veo llegar. Con los ojos cerrados lo visualizo aun más cerca. Ese 20 de noviembre de su accidente fue terrible, pero en mis brazos el prometió visitarme para esas fechas, siempre a la misma hora. Querida, ya falta poco para las tres.


Fin.



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